En el Mes de Octubre se presenta la primavera en todo su esplendor: lindos días, flores que dejan el paso a los frutos, calor, pero también las alergias y a lo mejor alguna lluvia. Estamos llegando poco a poco al final del Año del jubileo de la Misericordia, y ante ello, seamos alegres para descubrir que la Misericordia de Dios por nosotros, no es más que aquella alegría que siente Dios cuando nos acercamos a él, con una mente y un corazón sencillo.
Dice el texto de la Biblia: “No hay más alegría por el que se convierta, que por tantos que dicen no necesitar la conversión”… Pero ¿cómo ser alegres en un país o un mundo a veces oscuro, triste, cual día de invierno? ¿Qué es la alegría? ¿Cómo ser alegres sin dejar de estar atentos a lo que sucede a nuestro alrededor?
En nuestro Liceo, toda la comunidad vivió intensamente algunos días del Aniversario, ¿pero lo vivieron alegremente?, ¿compartieron la alegría? ¿Fue la alegría la que motivo la satisfacción de pasarlo bien? Pregunta que quedará para evaluar esos días... pero fue entretenido.
De acuerdo a las distintas definiciones, se puede considerar la Alegría como la sensación de satisfacción, júbilo o entusiasmo que un individuo puede vivenciar, a raíz de un acontecimiento positivo.
Con respecto a la importancia de la Alegría como valor de una sociedad, los especialistas coinciden en que fomentar esta actitud dentro de las personas influye en generar mejores resultados dentro de los proyectos colectivos, ya que asumir los retos y responsabilidades con alegría hacen que las personas den lo mejor de sí, además de fomentar otros sentimientos como la cooperación, la solidaridad, la bondad y el autoestima, lo cual se refleja en sociedades mucho más armónicas y positivas.
A pesar de que la Alegría es un sentimiento innato e inherente al humano, ésta debe fomentarse e inculcarse, desde las primeras etapas de la infancia, a fin de que el niño reconozca este sentimiento como un valor, y parte importante de su repertorio de emociones, así como la necesidad de fomentarlo en él y en los otros, como un aporte de él hacia su comunidad.
En cuanto a las distintas formas y estrategias, para fomentar el valor de la Alegría en los más pequeños, algunos educadores coinciden en señalar los siguientes tips:
La importancia que tiene el ejemplo dentro de la Educación de cualquier valor o actitud. En este sentido, los padres y profesores debemos ejercer también la alegría dentro de las actividades, así como en el trato con sus semejantes.
Así mismo, aunque la Alegría sea un sentimiento natural y propio de los humanos, estos deben también fomentarla. Con referencia a este punto, algunos especialistas indican la importancia que tiene realizar actividades grupales que incentiven la alegría entre los miembros de una comunidad.
De igual forma, es importante enseñarle al niño la importancia de tener en mente siempre pensamientos positivos, a fin de fomentar el optimismo y la buena actitud ante las circunstancias de la vida.
El enseñar a los niños y jóvenes, cómo deben sacar de su rutina diaria momentos en los cuales hacer cosas que realmente les agraden o diviertan, a fin de poder sentirse alegres con sus semejantes. En consonancia con la edad, estas actividades deben estar relacionadas con los juegos.
También es importante, resaltar el vínculo que existe entre la alegría y el cumplir con los deberes, o el ayudar a los otros, pues de esta manera se le motivará a tener una actitud alegre a la hora de enfrentar sus responsabilidades.
No hay nada como un buen sentido del humor para pasar por momentos duros. Los médicos dicen que la risa es como “footing interno”; reír es bueno para todos. En realidad, ensancha tus arterias, quita el estrés del corazón y fortalece tu sistema inmunológico, lo que permite combatir enfermedades. La Sagrada Escritura está de acuerdo: “El corazón alegre es una buena medicina” (Prov. 17:22).
Por último, y muy importante, el gesto por excelencia de la alegría interior es una SONRISA. Esa que hace posible que los demás, que contagien y puedan expresarse frente a otros.
En este tiempo de Octubre, contagiemos con una SONRISA LA VIDA DE LOS DEMÁS.